Cáncer de Piel
Dentro del cáncer de piel se deben distinguir dos clases: el melanoma y el no melanoma.
El cáncer de piel no melanoma incluye los tumores malignos originados en las capas más superficiales de la piel (epidermis), en los folículos pilosebáceos y glándulas sudoríparas.
Se distinguen dos tipos, el carcinoma de células basales o epitelioma basocelular y el carcinoma de células escamosas o epitelioma espinocelular, que constituyen el grupo de tumores malignos más frecuentes en el ser humano (50-75% de los casos). El factor causal más importante es la exposición solar en sujetos racialmente predispuestos. Las personas que reciben de forma importante la radiación solar pueden desarrollar cáncer de piel en edades tempranas de la vida (20-30 años de edad).
CÁNCER DE PIEL BASOCELULAR
El cáncer de piel basocelular (CBC) se origina en las células basales (las células más profundas) de la epidermis, y crece lentamente con posibilidad de destrucción local. Rarísimamente metastiza, y son los epiteliomas cutáneos más frecuentes. El 80% se localizan en la cabeza y el resto, por orden de frecuencia, en cuello, tronco, extremidades y genitales. Inciden más en el varón y se suelen presentar en torno a los 50 años de edad. El epitelioma basocelular no es un cáncer que amenace la vida, pero debe ser tratado para evitar que continúe creciendo, lo cual puede afectar una superficie extensa de la piel, que al ser eliminada, deja cicatrices inestéticas que requieren en muchas ocasiones la práctica de injertos.
CÁNCER ESPINOCELULAR
El cáncer espinocelular o de células escamosas es un tumor maligno derivado de la capa espinocelular de la epidermis. Su crecimiento es más rápido que el basocelular y tiene capacidad de producir destrucción local y metástasis por vía linfática y sanguínea. Al contrario que el cáncer basocelular, aparece casi siempre sobre alguna lesión precancerosa, como la queratosis actínica. Es el segundo tumor cutáneo maligno más frecuente. Aparece en zonas del cuerpo expuestas a la luz solar, particularmente la cara (mejillas, orejas y semimucosa del labio inferior), seguido de las extremidades superiores, tronco y las extremidades inferiores. Afecta a varones entre los 40 y 50 años, aunque también puede darse en personas más jóvenes.
Tratamiento del Cáncer de Piel No Melanoma
Terapia Fotodinámica
De todos es bien conocido que las hojas de las plantas aprovechan la energía del sol para provocar una reacción mediante la cual la planta sintetiza azúcar y oxigeno. La energía solar se transforma en energía química. Para que pueda producirse, es necesario que la planta tenga un pigmento, la clorofila, capaz de absorber la luz. La terapia fotodinámica imita a la naturaleza. Mediante la aplicación tópica o la administración oral de una sustancia fotosensibilizante (ácido aminolevulínico) que reacciona específica y exclusivamente frente a un tipo de luz, es decir a una determinada longitud de onda. Esto permite desencadenar una reacción química que destruya exclusivamente a las células que captaron el fotosensibilizante (ALA). Se han desarrollado una serie de fotosensibilizantes y de luces específicas para activarlos. Cuando una célula de un tejido de nuestro cuerpo adquiere carácter maligno, aumenta su capacidad de captación de estas sustancias fotosensibilizantes, cosa que no hacen las células sanas. Al ser activadas las sustancias fotosensibilizantes por la luz del láser, estas células liberan sustancias citotóxicas (porfirinas), que conducen a la autodestrucción de la célula enferma. Gracias a este avance, estamos en capacidad de eliminar tumores, tejidos dañados o cancerosos. La ventaja de este tratamiento es que evita las cicatrices que deja la cirugía. En el Instituto de Fotomedicina del Centro Médico Teknon disponemos de la gama de equipos que permiten seleccionar la luz más apropiada para cada tratamiento.
¿En que consiste el tratamiento de cáncer de piel con luz?
- Se limpia y desengrasa la zona a tratar. Opcionalmente puede usarse un producto desincrustante para retirar el exceso de células muertas.
- Se aplica el agente fotosensibilizante y se deja actuar (de 45 minutos a 3 horas dependiendo del tipo de lesión)
- Inmediatamente se aplica la luz y se deja actuar de 8 a 15 minutos.
- Al acabar se aplica un gel de aloe vera o protector solar sobre la zona tratada.
Al finalizar la sesión el área tratada tiene un tono rosado (como después de haber tomado el sol) y la piel está ligeramente tensa. En los dos días siguientes puede producirse una ligera descamación y deberá evitarse la exposición solar durante 72 horas. Es necesario utilizar protector solar de pantalla total durante el periodo que dure el tratamiento.
Efectos secundarios: Después del tratamiento permanece una ligera cantidad de ácido aminolevulínico activo en la piel, durante las 48 horas posteriores al tratamiento, por ello, la luz solar o incluso luz artificial pueden provocar un aumento del eritema inicial, del picor e inflamación del área tratada.