La Fotomedicina
“La vida, tal como la conocemos, existe gracias a la luz. Solo hay que exponerse en el sol para sentir que es la fuente de energía que la hace posible “.
La fotomedicina o fisiología fotónica es la ciencia de la “luz” (fotón) aplicada a la medicina. Su estudio comprende los principios físicos que la sustentan, los tecnológicos que la hacen posible y sus aplicaciones clínicas en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades o procesos afines. La doctrina sobre la medicina fotónica se basa en las aportaciones de 17 premios Nobel, lo cual le confiere una entidad científica comparable con la radiología y la medicina nuclear.
Esta nueva disciplina no se limita a las radiaciones que habitualmente denominamos como luz, que corresponden a aquellas ubicadas en el segmento del espectro electromagnético comprendido entre los 400 a los 800 nanómetros.Esta es la “luz visible”. Una definición más precisa de la Fotomedicina viene dada por la Sociedad Americana de Fotobiologia, que la conceptúa como “la disciplina que estudia los cambios físicos y químicos inducidos en el sistema biológico humano por las radiaciones no ionizantes”.
Las radiaciones del espectro electromagnético comprendidas entre los 180 nanómetros (nm) y 1 milímetro (mm) constituyen la “banda óptica”, campo de actuación de la medicina fotónica. Por debajo de esta banda se encuentran los rayos X,-materia de la radiología-que, a su vez, preceden las radiaciones gamma, objeto de estudio de la medicina nuclear. Los rayos X y gamma, al interactuar con las células, son capaces de desestructurar moléculas y se denominan ionizantes. Las radiaciones fotónicas no tienen esta capacidad, de forma que se clasifican como no ionizantes. Su aplicación está exenta de riesgos carcinogénicos o mutagénicos.
El fotón es una partícula (energía) que se transporta en una ola. Esta dualidad ola-energía determina las propiedades. Cuando el fotón interactúa con un tejido, su energía puede ser absorbida por la estructura molecular del organismo al cual denominaremos cromóforo. La energía cedida pasa a tener efectos fototérmicos, fotoacústicos o fotoquímicos. Esta transformación tendrá aplicaciones terapéuticas.
Si la luz no es absorbida, el componente corpuscular rebotará (reflexión) al chocar contra una superficie. Este “reflejo” se puede recuperar mediante sistemas ópticos. En función de la longitud de ola de la radiación emitida, este reflejo se producirá desde estructuras más superficiales o más profundas. Si el sistema óptico-que actúa como un espejo-recoge todos los electrones reflejados, podrá recomponer una imagen. Esta imagen tisular sería equivalente a la anatomopatológica, es decir, a una biopsia. Es la llamada radiografía biofotónica, concepto en el cual se sustenta la tomografía óptica coherente (TOC) y la microscopia confocal. La propiedad de la luz de reflejar al chocar contra una superficie, tiene, en este caso, aplicaciones diagnósticas.
Un siglo después de que Albert Einstein publicó su teoría sobre el efecto fotovoltaico, que le valió la concesión del premio Nobel, no podría imaginar el servicio que estaba prestando a la medicina. Diferentes tipos de láser, luz pulsada intensa, luz emitida por diodos y otras fuentes de energía fotónica son utilizadas cada vez con más frecuencia, de forma que se han convertido en herramientas habituales en la práctica diaria de casi todas las especialidades médicas.
Hoy en día, la fotomedicina se sustenta en las aportaciones de 17 premios Nobel que le confieren una categoría científica.
Hoy en día, la fotomedicina se sustenta en las aportaciones de 17 premios Nobel que le confieren una categoría científica.